viernes, 25 de septiembre de 2009

EL VIAJE

8 de septiembre de 2009

Por fin ha llegado el gran día y partimos hacia el país de las cervezas y las salchichas a las 17.30 horas, aterrizando en el aeropuerto de Lübeck sobre las 20.10 horas. El aeropuerto más bien parece un campamento, ya que es una carpa al lado de las pistas, sin nada más alrededor, a unos 9 km de la ciudad de Lübeck y a unos 80 km de la ciudad de Hamburgo. Recogimos las maletas y nos fuimos a la puerta principal, donde hay un servicio de autobuses que enlazan el aeropuerto con la Estacion Central de Autobuses de Hamburgo(ZOB), que cuestan 10€ por persona, y que tardan alrededor de unos 45 minutos. Desde la ZOB, cruzamos la calle hasta la Estación Central de Trenes de Hamburgo (HAUPTBAHNHOF), y cogimos la línea del S-BAHN, S-3, que nos llevó a la estación de ALTONA, y de allí al hotel solo había dos calles.
El hotel es el MEININGER CITY HOSTEL, que esta muy nuevo y lleno de gente joven, con muy buen ambiente. Es recomendable pagar el desayuno, que cuesta 4€ por persona, pero merece la pena porque es tipo buffet, y viendo los precios de un cafe con leche (+ 2€) sale a cuenta. Esa noche ni siquiera salimos a la calle, nos fuimos directamente a la cama.

9 de septiembre de 2009


Nos levantamos sobre las 09.00 de la mañana y nos pegamos y un pedazo de desayuno de la leche. Estaba todo lleno de chavales jóvenes y estaba todo muy animado, jejeje. Nos fuimos a la estación de Altona con la intención de irnos en tren a la ciudad de Lübeck, y fuimos a la caseta de información y un señor muy amable incluso nos sacó el billete, (30 €) que era para todo el día, creo que hasta las 04.00 de la madrugada para hasta cinco personas, con los pases del transporte público de toda la ciudad, incluído el trayecto de Lübeck.

Nos indicó que no salian desde esa estación, y que debíamos de ir hasta la estación central y desde allí salía cada hora más o menos. Nosotros cogimos el de las 11.00, y llegamos a Lübeck sobre las 11.45 la mar de cómodos. La verdad es que los trenes alemanes son muy cómodos y muy límpios.
Salimos de la estación y nos dirigimos justo al frente, buscando el casco antiguo, con el que dimos inmediatamente.

El casco antiguo se encuentra a orillas del Trave, el río con el puerto alemán más grande del mar Báltico y uno de los más importantes de Europa . Lübeck fue capital de la Liga Hanseática durante siglos, y forma parte de la lista de sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es una de las pocas ciudades alemanas que se salvaron de los bombardeos masivos de la Segunda Guerra Mundial, y “sólo” un 20% de su casco urbano fue borrado del mapa. Esto es debido a que se convirtió en centro logístico de la Cruz Roja durante el conflicto bélico, y por ello fue algo más respetada que otras ciudades que no corrieron la misma suerte, como Colonia o Frankfurt. De todas formas, si visitamos su catedral (Dom) y la iglesia de Marienkirsche, veremos exposiciones fotográficas en donde se nos mostrará el grado de destrozo que provocaron los bombardeos en ellas, y la árdua tarea de reconstrucción posterior.
En Lübeck encontraremos puntos de interés muy importantes, como pueden ser Holstentor(1478), (torre-puerta de acceso al casco antiguo), la catedral, 6 iglesias medievales, el Rathaus (ayuntamiento)… pero quizá lo que más se disfruta es pasear por sus viejas calles, a cuál más bonita e inspiradora. Realmente Lübeck es un lugar encantador, probablemente se trate de una de las ciudades medievales más bellas de Europa.

Ese día comimos muy cerca de la Holstentor, nada más cruzar el puente, a orillas del rio, donde salen las barcazas con turistas. En la zona hay varios restaurantes italianos, alemanes, etc, y con buen precio. nos comimos una especie de plato combinado que llevaba patatas asadas, ensalada y un revuelto de camarones, que estaba delicioso, y por supuesto una pedazo de jarra de cerveza que no se la salta un galgo, y que será la tónica general de la bebida del resto del viaje.

Una vez comimos, nos dimos otro paseo por el casco antiguo, y fuimos hasta el lateral del ayuntamiento, una zona muy bonita de aspecto medieval, con terrazas y un pequeño mercadillo, y compramos los mazapanes de Lübeck, que tienen mucha fama en toda Alemania, en Niederegger, y compramos unas cuantas cajitas para regalar, como detalle a la familia, y que por cierto estan buenísimos.

Sobre las 17.00 horas nos encaminamos de nuevo a la estación de trenes para irnos de regreso a Hamburgo y dar una vuelta por el centro de la ciudad, y el puerto. Una vez en Hamburgo nos fuimos caminando desde la estación central hacia abajo, buscando el ayuntamiento y más tarde el puerto, que era nuestro destino.

De camino nos encontramos con la Iglesia de St Nikolai, o más bien lo que queda de ella, ya que fue seriamente deñada en los bombardeos alidados en la II Guerra Mundial.

Es impresionante y se te ponen los pelos de punta con solo imaginar lo que debió pasar allí y de como ha llegado hasta ese aspecto, tan solo quedan la Torre ennegrecida y algunas paredes laterales. Se puede subir en ascensor hasta una plataforma a 75 metros de altura.
Luego cruzamos hacia la zona del puerto y estuvimos paseando por un canal en el que estaban construyendo edificios nuevos, preciosos, y algunas oficinas que daban todas al agua, llegando sin darnos cuenta hasta la Comisaría de Policía de la serie de televisión Hamburgo 112.

Estabamos reventados y hambrientos, y nos dirigimos de nuevo hacia la zona del ayuntamiento, ya camino de la estación central de trenes y nos compramos unos bocatas en uno de los tantísimos puestos de comida que hay por las calles y nos lo comimos sentados en un banco. Los bocadillos estan deliciosos, con una gran variedad de pan y con el relleno exquisito, ya que la gente va caminando y comiendo por las calles, con sus cervecitas, como algo normal.
Llegamos al hotel sobre las 21.30, nos duchamos y nos fuimos a la cama que al día siguiente había que levantarse a las 06.30.

10 de septiembre de 2009

Hoy nos levantamos sobre las 06.30 de la mañana, para poder preparar las cosas, desayunar y llegar a la estación de autobuses que esta al otro lado de la ciudad. Nos volvimos a pegar un pedazo de desayuno muy relajadamente, ya que el buffet lo abren a las 07.00 y nos fuimos camino de la estacion de trenes de Altona en dirección a la estación central, y desde allí solamente hay que cruzar la calle hasta la de autobuses.
Con el billete electrónico impreso, es más que suficiente para subir al autobús, eso sí te cobran 1€ por maleta transportada, no por equipaje de mano, pero te dan un resguardo como en los aviones a modo de justificante y por supuesto el maletero no lo toca nadie nada más que la persona de la empresa, con lo cual es más que seguro.

Íbamos poca gente, por lo que nos acomodamos en el piso de abajo, muy comodos, cerca del wc, y tras unas tres horas y veinte, llegamos a Berlín.
La estación central de autobúses de Berlin esta bastante alejada del centro, justo debajo de la antena de radio, y queda a unos 200 metros de la estación de metro de Kaiserdamm de la línea U2. Para el transporte público sacamos la CITYTOURCARD para las zonas ABC (22.90€ por persona durante 3 días), ya que teníamos pensado ir al Campo de Concentración de Sachsenhausen y tiene descuentos en museos, etc.
Nos bajamos en la parada de Moritzplatz, en el barrio de Kreuzberg, de mayoría turca, fuimos a apartamento, IMA LOFTS, que estaba a unos 150 metros girando a la izquierda en la gasolinera, hicimos el check-in y nos fuimos al centro, a Alexanderplatz a tomar el primer contacto con la ciudad y a comer algo.
Comimos en un quiosco de la plaza unas currywurst, que es la salchicha típica de Berlín y una bratwurst, acompañadas como no de unas patatas fritas y unas cervezas bien frias. Estaba todo delicioso y una vez devuelto los casco de las cervezas (te los cobran y te devuelven el dinero cuando los entregas) nos fuimos a ver a unos bailarines callejeros como hacian su espectaculo para sacarse unas perrillas.

Nos encaminamos hacia el Ayuntamiento Rojo (Rotes Rathaus) y a la fuente de Neptuno y visitamos la Marienkirche, que estaba en obras.
Fuimos a ver una carpa que había entre el ayuntamiento y la fuente de Neptuno y nos dimos cuenta de que era el Octoberfest en berlín desde el 10 al 16 de septiembre. No nos lo podíamos creer, pero entramos a tomarnos unas cervezas gigantescas.

Había un ambiente buenísimo, y la cerveza y la comida corrian por las mesas sin parar, mientras que una banda de música típica alemana estaba cantando en el escenario.

Nos fuimos con el estomago lleno de buena cerveza alemana a ver la Isla de los Museos, ya que como era jueves, se suponía que a partir de las 18.00 horas eran gratis, pero de camino nos asomamos a la recepción del hotel Radisson Blu, a ver el inmenso acuario con más de 2000 especies de peces y en el que hay un ascensor que por el "módico" precio de 8€ te pasea por su interior, cosa de la que desistimos. Justo al lado está la famosa tienda del Ampelmann, bastante cara por cierto, y al lado de ésta hay una con figuras hechas de madera, muy bonita.

Un poco más adelante, bajando al cauce del rio está el museo de la antigua RDA y nada más cruzar el puente esta la Berliner Dom y el Altes Museum.

Como íbamos cargados de cerveza y quedaba casi una hora para las 18.00, pues nos echamos una siesta la mar de rica en el cesped, justo delante de la catedral, ¡¡Que gustazo!!.

A las 18.00 horas nos fuimos encaminando hacia la entrada del Altes Museum, pero nos dijeron que como había una exposición itinerante, pues que no era gratis la entrada a los museos más interesantes. Después nos enteramos de que eso es muy, muy a menudo, por no decir siempre, así que no merece la pena esperar porque vas a pagar igual.
Decidimos irnos y volver otro día con más tiempo y decidimos ir caminando en dirección a la Puerta de Brandemburgo y ver un poco la zona.
Nos recorrimos toda la Unter den Linden hasta llegar a ella, y la verdad es que aunque no sea espectacular en sí, impresiona por lo que significa y por la historia que lleva a sus espaldas.

La atravesamos sin problemas, por donde hace 20 años, el hacerlo te acarreaba que te pegaran un tiro por la espalda, cruzando una hilera de adoquines en la calzada, que indica por donde pasaba el muro exactamente, y que es como una cicatriz que atraviesa toda la ciudad, hasta llegar al Reichstag, Parlamento alemán, y aprovechar si no hay mucha cola visitar la cúpula, que es de las pocas cosas gratuitas de la ciudad.

Efectivamente no había mucha cola y entramos muy rapido. Te pasan por un arco de seguridad y por los bolsos por rayos, por lo que no hay que llevar nada raro, y nos suben en ascensor hasta una sala prévia a la base de la cúpula y allí puedes pedir una audioguia gratuíta que está en español, y que te irá guiando y explicando la historia de la cúpula realizada por Sir Norman Foster.

Es una pasada y además, como estaba anocheciendo, se veía la ciudad preciosa desde la terraza del Parlamento.

Nos bajamos de allí y nos encaminamos a una estación de metro para dirigirnos al apartamento a descansar, que al día siguiente queríamos ir al Campo de Concentración.

11 de septiembre de 2009

Nos levantamos a eso de las 09.00 y nos compramos el desayuno en la gasolinera que hay al lado del apartamento, unos capuccinos, riquísimos, y unos croassants, y nos fuimos camino de la Alexanderplatz para unirnos a la excursión que organizaba la compañía Cultourberlin totalmente en español, y que sale de la base del pirulí a las 11.00 de la mañana. Nos costó 12€ por persona y mientras se formaba el grupo, nos fuimos a la galeria de la estación de tren que esta pegada a comprarnos la comida y la bebida para pasar el día, ya que en el campo no hay posibilidad de coprarla. Hay muchísimos sitios de comida para llevar, y es facil dudar donde comprarla, pero con seguridad no se falla si se compra un bocadillo, relleno de lechuguita, salami o jamon york, etc.etc.

Partimos con Alex, el guia de la compañía, en dirección a Oranienburg, que es el pueblo donde se encuentra el Campo de Concentración de Sachsenhausen, haciendo trasbordo del metro al tren de cercanías.

Tras 45 minutos entre unas cosas y otras, llegamos al pueblo, y Alex nos indicó que había un pequeño supermercado en la misma estación de trenes, además de algún puesto de salchichas portatil, por si alguien tiene que comprar algo de última hora.

Allí mismo, en el lateral de la estación, nos dió la primera explicación, a modo de introducción, muy instructiva, y comenzamos a caminar en dirección al Campo. Es uno de los pocos Campos de Concentración que esta en el mismo pueblo, y tardamos 15 minutos caminando desde la estación hasta la entrada al mismo. Enseguida vimos el primer recordatorio de lo que han supuesto los Campos de Concentración, que es una placa dedicada a las "Marchas de la Muerte" (Todesmarsch), que hicieron los prisioneros cuando Alemania lo tenía ya todo perdido, en dirección al Mar del Norte, y que una vez allí, sería embarcados en unos barcos que serían dinamitados an alta mar, para borrar las pistas de lo que sucedía, por suerte fueron siendo liberados de camino al norte.

En seguida llegamos a la entrada al Campo, y lo primero que se ve, es una academia de Policía, en lo que antiguamente eran naves en las que vivian los soldados que prestaban su servicio en el campo, y una construcción en ruinas de madera de color verde, que era el antiguo casino del campo, para disfrute de los soldados alemanes destinados en el campo.

Más adelante está la puerta principal del campo, y que en cuyo relog, marca la hora en la que fue liberado por el ejercito Rojo en 1945, las 11.10 minutos. En la puerta metálica de acceso al Campo, se puede leer la inscripción "ARBEIT MACHT FREI", "El trabajo os hará libres", que nos es más que el lema que tenían las cárceles prusianas mucho antes de que llegara Hitler al poder en Alemania, y que éste por tradición siguió manteniendolo.


Se atraviesa la puerta y se ve todo el Campo, con la forma de un triangulo equilatero, con los barracones formados en media luna, ya que así era mas facil controlarlo por parte de los soldados, de echo habia un soldado con una ametralladora en lo alto del edificio de entrada al campo y tenía el control de casi todos los barracones.

Todo el perimetro estaba rodeado por un muro y por una alambrada electrificada con más de 20000 voltios, además, había una "zona de seguridad" de unos dos metros antes de llegar a la misma, rellena o bien con gravilla que hace ruido, o con arena en la que se marcan las huellas, y que el solo pisarla le valia al prisionero la muerte instantanea de un tiro.

Los barracones originales tuvieron que ser quemados por los rusos debido a la cantidad de infecciones y de parásitos que había, pero han levantado dos exactamente igual a los originales, con muchas de las piezas originales que no ardieron, con lo que uno se hace una idea de las condiciones de vida de los prisioneros.

Hay una película muy buena que se rodó en ese mismo Campo de Concentración y que esta basado en una historia real que sucedió alli mismo y que se llama "LOS FALSIFICADORES", es muy recomendable. Alex nos fue explicando la vida diaria en el Campo y las distintas formar que había de morir a manos de los soldados alemanes de la época (que no pienso relatar aquí), que eran muchas y muy sádicas.

En mitad del campo hay un monumento hecho por la antigua RDA, en memoria a los prisioneros, en el que aparecen dos de ellos liberados por un fornido soldado ruso, y que en su base figuran los países que se supone que tenía ciudadanos que murieron allí, pero claro, estamos hablando de la antigua RDA, con lo cual, solamente aparecen los países que la reconocieron como país, el resto no, con lo cual no deja de ser un monumento un poco "especial" en cuanto a la objetividad política con la que se ha hecho, dejemoslo así.

Desde allí pasamos a una zona que está al final y que nos es mas que una ampliación que hicieron los rusos, ya que cuando lo liberaron, no solo lo utilizaron para los mismo fines que los nazis, si no que encima se les quedó pequeño, otra vez sin comentarios al respecto, pero para muestra un botón, cuando fue liberado el campo, a los rusos que alli habían sobrevivido, se les envió automaticamente, por traidores a la madre rusia, a un Gulag en Siberia durante 10 años, casi na.

Desde allí pasamos a la zona de ejecuciones, donde eran ahorcados y fusilados los prisioneros, y en el que hay varias fosas comunes. Al lado se encuantra la "Estación Z" que no es mas que las cámaras de gas y los hornos crematorios, o mas bien lo que queda de ellas, ya que los rusos las dinamitaron.

Desde allí fuimos caminando hacia el lugar donde se hacían los experimentos médicos con prisioneros, y todo el edificio es original, hasta los armarios para guardar los utensilios.

Aquí se probaban las vacunas y las medicinas de las que posteriormente nos beneficiariamos todos, y con todos me refiero a todos, hasta nosotros mismos, ya que descubrieron algunas vacunas y medicamentos eficaces contra algunas enfermedades, pero allí no había ratones para hacer pruebas, las hacían con personas.

Terminamos la visita como a las 18.00 y nos hicimos la foto de grupo, volviendo sobre nuestros pasos hasta la ciudad de Berlín, despidiendonos de todos y marchandonos nosotros a darnos una ducha refrescante y prepararnos para la noche.

Salimos con la idea de cenar algo e irnos a un local de Jazz que Alex nos recomendó, así que nos fuimos al barrio judio, y entramos en un restaurante thailandes en la calle Chausseestrase 1, casi esquina con la calle Torsstrase, llamado GOOD TIME, muy bonito, acogedor, con buena comida y barato, muy buena elección.

Después de cenar noc fuimos caminando al local de Jazz que estaba en la Chausseestrase 18, y que se llama Schlot. Es un local pequeño y acogedor en el que escuchar buena música tomando una buena cerveza y que los fines de semana ofrece un fabuloso Brunch.


12 de septiembre de 2009


Nos levantamos sobre las 09.30 y desayunamos lo que compramos el día anterior en un Lidl que hay cerca del apartamento, y nos fuimos a la zona de Bergmanstrasse, que esta toda llena de terrazas, tiendas de ropa, bolsos y antigüedades y cosas de segunda mano, con un ambiente chulísimo y nos dimos un paseo para hacer tiempo porque quieríamos ir a hacer el tour por Berlín que salía de la Puerta de Brandemburgo a las 13.00 horas.

Llegamos sobre las 12.30 a la Puerta y frente al Starburks café, encontramos al guia con el que iríamos a hacer el tour con la compañía NEW BERLIN TOURS. El guia se llamaba Santi, de Barcelona. Nos dió una pequeña introducción sobre la historia mas reciente de Berlin, frente a la sede del DZ BANK, e iniciamos el tour cruzando la Puerta de Brandemburgo girando a la izquierda para encontrarnos con el Monumento a los judios asesinados en Europa, una gran extensión de terreno con mas de 2500 piezas de granito de distintas alturas, simulando un laberinto.

Cruzamos la calle y nos sentamos en unos jardines con columpios para niños, y nos comenta que estamos justo encima del Bunker donde se supone que Adolf Hitler se suicidó al final de la Guerra, junto con su mujer Eva Braun, con la que se había casado un día antes y con el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels, su mujer y sus cinco hijos.

Desde allí nos fuimos hasta el edificio mas odiado por los alemanes, el Ministerio de Hacienda, que era ni más ni menos que la antigua sede de la Luftwaffe, el ejercito del aire aleman, uno de los pocos que aun se conservan de la arquitectura nazi en Berlin. Al otro lado mismo, tras los restos del Muro, se encuentra un descampado en obras donde antiguamente estaba el cuartel de la Gestapo (policía secreta nazi) y de las SS, en donde hoy se puede visitar la exposición fotográfica denominada Topografía del Terror, en donde se exponen fotos de los antiguos moradores del cuartel y de sus andanzas.

Desde allí nos fuimos al Check Point Charlie, uno de los puestos fronterizos mas famosos en la existencia del Muro de Berlin, donde en los años 60 se enfrentaron una treintena de carros de combate rusos con otros tantos americanos y estuvo a punto de desatarse la III Guerra Mundial.

Comimos allí mismo en una cafetería unos sandwiches con unas cervezas y continuamos la marcha hacia la zona de la Gendarmenplatz, pasando antes por la chocolateria más antigua de Berlin, que tiene réplicas a escala, de chocolate, de los monumentos mas importantes de la ciudad.

Desde allí nos dirigimos a la Bebelplatz, la zona de la Universidad Humbolt, donde tuvo lugar la famosa quema de 20.000 libros por parte de los nazis, y que se simboliza por una biblioteca con estanterías vacias bajo la plaza.

Cruzamos la calle y visitamos el edificio de la Neue Wache (Nueva Guardia), en el que hay una estatua en recuerdo de las víctimas de las dictaduras y el militarismo, y por último nos dirigimos a la isla de los museos y a la Berliner Dom, donde nos sentamos en su escalinata a escuchar la última explicación de Santi antes de terminar.

Le pagamos 10€, que es la media de lo que se suele pagar por persona por la excursión, porque aunque no te cobren una cantidad estipulada, pues es lo normal.

Después de la excursión nos fuimos al barrio Judio, a ver la Nueva Sinagoga y visitar el Tacheles Zapata, una casa Okupa, en la que hacen exposiciones, venden artesanía, etc, muy curiosa, pero una turistada.

Cenamos cerca del Tacheles, en un italiano y nos volvimos a ir al club de Jazz, Schot a escuchar jazz y tomar una cervezas, y poner el colofón a otro día intenso.


13 de septiembre de 2009


Hoy nos levantamos con la idea de visitar lo que nos quedaba de Berlin, que no era poco, y de ir a algún mercadillo callejero. Estaba lloviznando y hacía algo de fresco, por primera vez desde que llegamos a Alemania, y cogimos el metro en dirección al Check Point Charlie a verlo con más detalle, y como era temprano y domingo, no había gente, con lo que nos hicimos unas fotos y continuamos la marcha hacia la Topografía del Terror a ver las fotos.

Desde allí no fuimos a la Postdamer Platz, y la verdad es que es impresionante y bonita, sobre todo la cúpula de cristal en forma de vela, con mucha luz. Nos metimos en el metro allí mismo y nos fuimos a ver la Kurfustendam, la iglesia Conmemorativa del Kaiser Guillermo, que fue muy dañada durante los bombardeos aliados en la II Guerra Mundial, y que han dejado intacta en recuerdo de lo sucedido.

Nos hicimos unas cuantas fotos y empezaba a arreciar la lluvia, por lo que nos metimos de nuevo en el metro y nos fuimos a la otra punta de la ciudad al mercadillo del Mauerpark. Es un mercado bastante grande con articulos de 2ª mano y artesanias, comida, bebida, bastante animado, en el que nos compramos dos camisetas y para comer un felafel bastante picante.

Desde allí cogimos el tranvia hasta la East Side Gallery, el trozo mas grande de muro conservado y toda una obra de arte, que es éste momento estan restaurando, debido al deterioro la pintura.

Entramos a la tienda de souvenirs y compramos unos trozos de muro y unas postales de recuerdo y nos fuimos a comer a nuestro barrio, a la Oranienstrasse, un poco mas abajo de donde tenemos el apartamento. Son todo resturantes chinos, italianos, turcos, etc, etc, y al final nos metimos en un italiano, que es cosa segura.

Despues de comer nos compramos unos chocolates y nos fuimos paseando al apartamento a descansar un poco, para poder continuar luego.

Salimos con la intención de visitar el museo de Pergamo, pero cuando llegamos vimos que estaban todos cerrados, los domingos descansan, bueno pues una escusa para una nueva visita a la ciudad, jejejeje.

Nos fuimos de nuevo a Postdamer Platz a tomar unas cervezas en una terraza, en el restaurante Alex, pero esa noche hacía fresquito y nos fuimos pronto al apartamento a cenarnos unas ensaladas del Lidl y unas cervezas muy frias, y así acabó nuestro último día en Berlin.


14 de septiembre de 2009


Nos levantamos sobre las 08.00 de la mañana para ultimar las maletas y entregar las llaves del apartamento, con mucha pena, la verdad, ya que es una pasada y hemos estado de maravilla, recomendable 100 % y nos dirigimos al metro para cruzar la ciudad hasta la ZOB de Berlín, estación central de autobuses.

A las 11.00 de la mañana partimos de nuevo hacia la ciudad de Hamburgo a la que llegamos tras tres horas y media más o menos, haciendo el mismo recorrido que cuando llegamos por primera vez a la ciudad.

Ese día en recepción del hotel había una chica que hablaba estupendamente castellano, ya que estaba casada con un mejicano y nos pudo explicar algunas cosas, como por ejemplo, dos sitios de comida típica alemana, de los que luego hablare un poco más.

Nos sacamos la Hamburg Card para un día, con la que tienes acceso al transporte público y descuentos en bares, museos, etc. También nos explicó el tema de las excursiones por el Lago Alster. Dejamos las maletas en la habitación y nos fuimos a ver el submarino U-434, anclado en una de las zonas del puerto de Hamburgo (el mayor de Alemania) y al que nos costó un huevo encontrar, porque además estaba la zona en obras, sin mencionar la caminata que nos pegamos. por fin dimos con él y pagamos 8€ por persona por la visita.

Es un submarino ruso de los años 70, que se dedicaba entre otras cosas a hacer labores de espionaje en la costa este de los EE.UU, y que trasladaron desde rusia, una vez desmontado el sistema de armamento y esas cosas hasta el puerto para hacer de museo. Entras por proa y lo vas visitando hasta salir por la popa.

En el iban 81 tripulantes, y la verdad da un poco de acojone pensar que en ese cascajo fueran con un mínimo de seguridad todas esas personas. Salimos de allí con sabor a herrumbre en la boca y nos fuimos a esperar a ver si pasaba algún autobús de esos turísticos que habíamos visto pasar cuando íbamos andando, y al cabo de 20 minutos paró uno y nos subimos en él, llevandonos a la estación central de trenes.

Nos fuimos en metro hasta la parada de LANDUNGSBRÜCKEN, que es la que enlaza con los ferrys del transporte público que hacen la línea del rio Elba, el 61 y 62, para darnos un paseo por a zona y cenar un poco.

Al final cenamos en una terracita, junto al rio, en el restaurante FLEETSCHLÖTSSCHEN, que es de pescado, y que tenía una parte donde daban la comida para llevar y comimos una fuente de pescado y marisco variado rebozado, con varias salsas, riquísimo y por supuesto unas cervezas bien frias, volviendonos al hotel a descansar acto seguido.


15 de septiembre de 2009


Nos levantamos a eso de las 07.15, y nos tomamos ese pedazo de desayuno por 4€ por persona y ultimamos las maletas, que dejamos en la consigna del hotel para ir a pasar lo que quedaba de día por la ciudad, ya que el avión salía a las 21.30.
Fuimos en dirección al Lago Alster y paramos en la estación de S-Bahn de JUNGFERNSTIEG e hicimos la excursión de los canales del lago Alster con la compañía ALSTERSCHIPPERN, de unas dos horas de duración por 11€ por persona.

La travesía parte de la zona portuaria y hace un recorrido por el lago, adentrandose por alguno de sus canales para ver las casas de la gente de pasta de la ciudad. Es muy bonito y relajante y además el día acompañaba para salir fuera del barco a tomar el aire.


Llegamos al puerto a las 11.45 y cogimos el S-Bahn para bajarnos en la zona de Reeperbamm, la zona roja de Hamburgo, toda llena de clubes, sex-shop, locales de streptease, etc, que durante el dia esta muy tranquila, pero que durante la noche es muy agitada.


Se nos hizo la hora de comer, por lo que nos fuimos a buscar los sitios recomendados por la chica del hotel.


Uno de ellos estaba en la calle Jungferntieg nº 7 y se llama FRIESENKELLER, que tiene muy buena pinta, pero que por la ubicación, con vistas al canal y al ayuntamiento, tiene que "picar" bastante, por lo que decidimos irnos a la otra opción, al restaurante ERIKAS-ECK, en la Sternstrasse 98, y allí nos metimos.


Como pudimos nos entendimos en inglés con la camarera, ya que esta hablama menos que nosotros, que ya es decir, jajaja, y acertamos, con unos bistec empanados, gigantes con guarnición de patatas, col y ensalada, con cervezas por supuesto.


En Alemania comen como muy tarde a las 13.00 o como mucho a las 13.30, yy cenan como a las 20.00 horas, y si llegas mas tarde de esa hora, en según que sitios, no te atienden. Comimos muy bien y a muy buen precio. Como colofón nos volvimos a la plaza del ayuntamiento y nos tomamos unos cafes en una terraza, volvimos al hotel a por las maletas y nos fuimos a la estación de autobuses (ZOB), a esperar a que se hiciera la hora de salida del bus.
Hay autobuses que van continuamente al aeropuerto de Lübeck, como 2.30 horas antes de la salida del vuelo, pero como hay casi una hora de camino, ni no se quiere arriesgar, pues se va un poco antes y se coge el que lleva a la gente a otro vuelo y ya está, que es lo que hicimos nosotros.


Facturamos nada más llegar y nos fuimos a la zona de embarque a pasar los controles de seguridad, que son bastante estrictos, además de con el peso del equipaje de mano.
Dentro de la terminal hay una tienda de regalos y otra en el que se puede comprar mazapanes de Lübeck y chocolatinas, además de un bar con sadnwiches y bebidas.
Salimos puntuales y llegamos a Alicante a las 00.30 de la madrugada con unas pocas turbulencias, pero nada grave.


Bueno pues esto ha sido nuestra primera exeriencia en Alemania, esperamos volver algun día, y que éste no tarde mucho.



¡¡¡¡ FIN DE LA HISTORIA !!!!